SALIR DEL TRIÁNGULO DRAMÁTICO (rescatador, perseguidor o víctiva)

Dentro de toda mujer alienta una vida secreta, una fuerza ponderosa llena de Buenos instintos, creatividad y sabiduría. Es la Mujer Salvaje, una especie en peligro de extinción debido a los contantes esfuerzos de la sociedad por «civilizar» a las mujeres y constreñirlas a rígidos papeles que anulan su esencia instintiva.
En este libro “Mujeres que corren con lobos”, Clarissa Pinkola Estés revela ricos mitos interculturales, cuentos de hadas e historias (muchas de ellas relativas a su propia familia) para contribuir a que las mujeres recuperen su fuerza y su salud, atributos visionarios de esta esencia instintiva.
Asocio esto con algo que insiste y persiste en el mundo de la mujer como la codependencia, razón por la cual les comparto el siguiente texto que borda el tema del Triángulo dramático posteado por el sitio https://sueltalacodependencia.wordpress.com
El triángulo dramático es un escenario por el cual se manejan las personas emocionalmente dependientes, corresponde a tres roles que puede ocupar durante diversos momentos de su vida. Generalmente se aprenden estas formas de comportamiento como mecanismo de defensa ante situaciones emocionales que les resulta difícil manejar. Estos roles son aprendidos en el trascurso de su desarrollo emocional. Este es un término muy conocido en el área psicológica, y lo emplean las personas que no mantienen relaciones sanas, en pocas palabras es un comportamiento común en los codependientes, que se mueven dentro de estos tres roles porque no les resulta fácil manejar sus sentimientos de forma asertiva.
A continuación parte del estudio realizado por Lluís Camino Vallhonrat en Barcelona, España. 1998:
Los tres roles del Triángulo son un intento errado de conseguir afecto. A veces, se prefiere recibir reproches como una forma de recibir amor. El Rescatador o Salvador actúa bajo el influjo de la culpa, la Víctima bajo el influjo del resentimiento, mientras que el Perseguidor bajo el influjo de la agresividad. Veamos en detalle las características de cada Rol:
1.- El RESCATADOR va por la vida prestando ayuda, a cambio de mantener la dependencia de los otros hacia él. Por una parte, necesita Víctimas y, si no las encuentra, las crea; por la otra, al no ser una ayuda desinteresada, se queja continuamente de sus esfuerzos. Suele sentir que siempre se aprovechan de su generosidad. La percepción interna del rescatador es que los otros le necesitan y asume la responsabilidad de solucionar los problemas de la Víctima, pues cree que la Víctima es incapaz de hacerse cargo, que no puede pedir ayuda ni resolver su situación. El Salvador actúa bajo el influjo de la culpa y por la necesidad de sentirse superior. Lo que consigue haciéndose cargo de los problemas de los demás es evitar sentir su propio sufrimiento.
2.- La VÍCTIMA se las arregla para no acertar en hacer bien las cosas; envía mensajes verbales y no verbales de queja y lamentación, de su actitud indefensa; su comportamiento es autodestructivo, y provoca su humillación o sufrimiento, fingiendo estar desconcertado. La Víctima siente culpa, inferioridad, tristeza y tiene una baja autoestima. Su sentimiento básico es de resentimiento contra la vida que le hace sufrir y contra los Rescatadores que siguen incapacitándola con su ayuda.
3.- El PERSEGUIDOR se comporta bajo el influjo de la agresividad, quiere satisfacer sus necesidades y actúa por interés propio, poniendo a los demás en situaciones difíciles o de sufrimiento. Existen tres clases de comportamiento Perseguidor:
  • Activos, actúan para satisfacer sus necesidades, pero pasando por encima de los otros.
  • Vengativos, su propósito es castigar a los otros y tener la sensación de triunfo, de haber ganado.
  • Pasivos, éstos persiguen por defecto, al no hacer lo que les toca o no cumplir con sus obligaciones, pone a los demás en serios apuros, provocándoles ansiedad o preocupación.
Karpman decía que como las personas que interpretan los tres roles del Triángulo acaban siempre sintiéndose mal, generalmente intentan mejorar cambiando de rol:
  • El Rescatador cansado de salvar pasará a perseguir a la Víctima.
  • La Víctima intentará salir de su pasividad persiguiendo al Perseguidor o al Rescatador.
  • El Perseguidor acabará teniendo mala conciencia y esto le llevará a hacer de Rescatador.
Esto se convierte en un círculo vicioso y las personas codependientes pueden pasearse de un rol a otro en una misma situación, veamos un ejemplo, la esposa de un alcohólico puede cumplir el rol de Rescatadora al salir una noche a buscar a su esposo al bar para traerlo a salvo a casa y evitar que tenga un accidente. Una vez que lo ha rescatado del peligro cambia al rol de perseguidora, enfrentándolo y acusándolo por sus malas acciones y por su adicción al alcohol, para finalmente pasar a ser la víctima por sentir que ella no merece vivir en una relación tan desdichada.
Una persona puede jugar el papel de rescatador en todo momento con su pareja indiferente o poco comprometida con la relación, realizando todas las tareas o deberes que le competen a ambos, luego pasa a perseguir a su pareja porque no es capaz de realizar tareas sencillas o asumir responsabilidades, pasando finalmente al papel de víctima por sentirse que no es merecedor de esa situación o que debe hacerlo para obtener algún tipo de afecto o atención de su pareja. De igual forma puede comportarse una persona que permite engaños o maltratos, o que se encuentra en una relación insana, ya sea sentimental, familiar o laboral.
Aunque parezca una situación terrible los codependientes podemos movernos dentro de este triángulo dramático sin darnos cuenta de los roles que estamos jugando. Pero una vez que comenzamos el proceso de recuperación y obtenemos las herramientas necesarias logramos identificar estos comportamientos insanos y aprendemos a salir de este ciclo para pasar al triangulo del ganador, en donde sustituimos los roles insanos por los siguientes:
El Rescatador se convierte en AYUDADOR, se preocupa por los demás, pero respeta la capacidad para que los otros, resuelvan sus problemas por sí mismos. Tienen conciencia de sus necesidades y sentimientos propios, para decidir si dan ayuda o no. Generalmente, anteponen sus necesidades a las de los demás, para evitar sentirse superiores a los otros. Esperan que los demás pidan ayuda y preguntan a la otra persona qué es lo que quieren, nunca suponen o adivinan lo que la persona que pide ayuda necesita. Si deciden decir No a la petición de ayuda no se sienten culpables. Si deciden ayudar nunca hacen más de lo que les toca.
La Víctima se convierte en una persona VULNERABLE RESPONSABLE, logra comprender que los seres humanos pueden ser vulnerables, tener problemas y sufrir por ellos, pero se hace responsable de solucionar sus problemas desde una postura adulta. A veces, la persona que sufre necesita buscar ayuda exterior (amigos, familia, grupos de apoyo, profesional), pero si no la encuentra no se bloquea, sigue buscando soluciones para cubrir sus necesidades.
El Perseguidor pasa a ser ASERTIVO, se convierte en una persona con autoridad interna, invierte su energía para satisfacer sus necesidades y para hacer respetar sus derechos, sin castigar ni perseguir a los otros. Es una persona asertiva que se auto afirma ante los demás sin necesidad de sentirse superior. La negociación es su medio para resolver los conflictos con los demás. Esta persona llega a tener los siguientes comportamientos:
  • Pide lo que necesita.
  • Dice NO a lo que no quiere hacer.
  • Dice a la otra persona la conducta que está causando el problema y ofrece opciones para cambiarlo y solucionarlo.
  • Si existe un conflicto con otra persona, busca un pacto mutuo para mejorar la relación. Si la otra persona no está dispuesta a hacer cambios, busca otros métodos para que las necesidades propias se vean satisfechas.
Hazte una evaluación e intenta identificar si te has paseado por los roles del triángulo dramático, sin necesidad de culpabilizarte o reprenderte, te has sentido reflejado en las situaciones planteadas y no te agradó, esto te ayudara a aceptar la realidad de tu situación, a tomar la responsabilidad del asunto y permitirá que obtengas el impulso para buscar ayuda y cambiar ese comportamiento que no te agrada.