Desde niños interpretamos la realidad a través de nuestra estructura de creencias adquiridas y desarrolladas a lo largo de nuestro crecimiento, nuestra interacción social y experiencias vividas, sin ser muy conscientes de ellas. El como actuamos, lo que hacemos o no hacemos, nuestra emocionalidad está condicionada por ese ramillete de creencias, algunas que nos limitan, otras que nos paralizan.
En esta nota te invito a revisar aquellas creencias que te impiden adquirir hábitos saludables y que fomentan tu negatividad frente al cambio.

Ejemplos de creencias limitantes:
No soy buena para hacer deporte
No soy capaz de perder peso
Yo soy nocturna, no puedo irme a dormir mas temprano
Yo soy negativo.....soy igual a mi madre
El gimnasio es para la gente que le sobra el tiempo
Cuando estoy nerviosa ...tengo que comer
No tengo fuerza de voluntad

SALIDA
PRIMER PASO: Detectarlas. Darnos cuenta de esas etiquetas que nos enjaulan. Aceptar que tenemos un problema y que esas creencias son las que nos están limitando.

SEGUNDO PASO: Discutirlas. Cuestionar la veracidad de esas creencias, su grado de irracionalidad..¿es tan así? ¿Estoy segura que soy un fracaso el 100% de las veces? ¿Cuando comencé a pensar que soy un fracaso? de niña alguien me etiquetaba así? Estoy imitando a alguien con mi actitud?

TERCER PASO: Reestructurar. Trocar esas creencias inconcientes y etiquetas automáticas negativas por otras positivas.

PROCESO: No es rápido. Es importante buscar la ayuda individual o grupal de especialistas que te ayuden a integrar estas nuevas ideas que convertirán a nuestros dragones internos en gatitos domesticados.

NADIE PUEDE DARTE LA LLAVE DE TU PROPIA JAULA CONSTRUIDA DE PENSAMIENTOS Y PASADO, LA LLAVE LA TIENES TU....ANÍMATE....HAY GENTE PREPARADA PARA ASISTIRTE Y ACOMPAÑARTE....PERO LA MOTIVACIÓN DE SALIR AL RUEDO ES TUYA....