EL MONJE Y EL ALACRÁN (cuento)
Un monje paseaba como cada mañana alrededor de un precioso lago.
De pronto observó como, en el agua, un pequeño escorpión se estaba ahogando tratando de alcanzar la orilla.
Sin pensarlo, el monje se acercó, alargó su brazo y lo cogió para salvarle la vida.
En el mismo instante en que lo agarró, el escorpión le picó en la mano. Como reacción al dolor el monje lo soltó y el animal cayó de nuevo al agua.

Tras unos instantes, el monje observó como el escorpión intentaba, sin éxito, llegar de nuevo a la orilla. Se acercó, alargó el brazo y volvió a cogerlo para salvarlo. Y el escorpión le picó de nuevo en la mano, cayendo otra vez al agua.

Por el sendero se acercó un campesino que había estado observado toda la escena y se dirigió al monje.
-Perdoname ¡Pero eres un terco! No entiendo por qué intentas salvar a ese escorpión desagradecido. No entiendes que está en su naturaleza picarte?

.-Sí, claro que lo entiendo.
Lo entiendo porque también en mi naturaleza está salvarlo.

Entonces, el monje buscó alrededor algo con lo que salvar al escorpión sin ser picado. Encontró un palo, se lo acercó y lo sacó del agua.

REFLEXIÓN 1: No cambies tu naturaleza bondadosa porque alguien te hizo daño, ni pretendas cambiar la naturaleza del otro.

REFLEXIÓN 2: Si en el proceso de ayudar a alguien te ha lastimado, y aún así quiseres seguir intentando....cambia la estrategia, el abordaje....no vale la pena seguir insistiendo con un método que probadamente no te ha resultado....cambia el camino. Silvia M. Leonardi